PIGMALION FUNESTO

En la “”Asociación Cristiana Femenina”, había una profesora de Ballet llamada Yerka  Luksic, que unía a sus conocimientos de danza, una espigada y hermosa figura, la que se destacaba especialmente en las “ “fogatas”  que se desarrollaban en la playa “Horcones”, en las noches abundantes, en huiros y noctículas miliares, (diminutos insectos marinos) que al pisarlos daban la impresión de que saltaban lenguas de fuego, que se prestaba para la presentación  de la “Danza del Fuego”  de Falla, la cual interpretaba en ese escenario natural de dunas y arenas, en medio de la oscuridad esa extraordinaria artista de gran renombre internacional, luciendo su rubia y abundante cabellera  en ese Verano, agradable por  el aire marino y las gaviotas que abundan por esos lugares, el yodo y la sal.

Su brillante curriculum en que había tenido actuaciones en el “Teatro Municipal” de Santiago de Chile danzando en diversos ballet, popularizándose ante el exigente público santiaguino, lo que le dio la oportunidad de adquirir una parcela en “La Reina” y construirse una preciosa casa.

Pero como los servicios de cañería de ese recinto aparentemente eran deficientes, debió requerir  de un maestro “chasquilla”, el cual solucionó todos sus problemas, este obrero era joven y bien parecido, conquistando a Yerka, produciéndose  un enamoramiento, que termino en un matrimonio.

Después de estar un buen tiempo casados, la danzarina, pretendió hacer lo de “Pigmalión”, trasformar de la noche a la mañana, en una culta pareja de baile, a su consorte y trabajar juntos como número artístico en distintos ballet, con el violento desagrado de su marido, quien insistía en seguir en su labor  de  gásfiter y no queriendo para nada dedicarse a la danza.

El epílogo, fue fatal, porque su marido le dio una horrorosa muerte cortando la carrera artística y la vida de esta connotada baletista,  al entrevistarlo la prensa amarilla de la época dijo  que lo había hecho por estar en desacuerdo con la actividad de danzarín de espectáculos de ballet, que su esposa quería que desarrollara. “Pastelero a tus pasteles”.

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