CERRO RENCA

En la comuna de Renca hay un enorme cerro que se encontraba a corta distancia del pueblo por lo que se le llamaba el “cerro Renca”, con mi hermano Eduardo y mi compañero del liceo  “Valentín Letelier” Froid organizamos una caminata y ascenso de este cerro confiados  en la experiencia  que tenía  en una anterior subida  a él con la brigada de Scout  a que pertenecía.

Fuimos ascendiendo muy lentamente esa pequeña loma, lo que nos prodigaba  una verdadera angustia, porque veíamos constantemente la cúspide a nuestro alcance y ello no ocurría, por lo que resultaba un frustrado empeño.

Pasado un largo rato y producto del esfuerzo nos encontrábamos con una  insaciable sed por lo que a insinuación de nuestro amigo acompañante, nos hizo buscar una cueva donde que según decían en el interior de ella  se deslizaban unas gotas de agua que al beberla podrían atenuar nuestra  gran sed.

Nos dividimos para realizar esa búsqueda, y establecimos un punto de llegada para encontrarnos para lo cual depositamos en el suelo nuestras viandas con comidas que llevábamos para alimentarnos, quedando de volver a aquel lugar para merendar esos sabrosos guisos, esas frescas ensaladas, esas grandes presas de aves, y los huevos duros, que mejor señal para retornar y dar el merecido bajo a la sabrosa comida . Una vez encontrada la mencionada cueva a gritos todos finalmente nos juntamos en la cueva   , efectivamente en ella se encontraba un manantial que brotaba desde la roca y corría una limpia agua la que bebimos  con fruición saciando la enorme sed que teníamos.

Mas tranquilos y repuestos al volver al sitio donde habíamos dejado la comida, observamos  anonadados que estaba repleta de variados insectos moscas , hormigas abejorros etc, por lo que tuvimos que conformarnos sin poder salvar algo de esos apetitosos alimentos.

Esto significó que antes de lo que suponíamos retornáramos a nuestros hogares,  sin haber alcanzado la cumbre, con tristeza, hambrientos, derrotados, sucios y empolvados de tierra, por el camino recorrido, pero sin sed... ¡Cómo para hacer otro paseo semejante a ese ¡...

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