Siendo 1 de Diciembre de
2.002, he visitado al antiguo amigo Gastón Magnere, con el cual
he mantenido una amistad de 72 años, tan ansioso estaba por su invitación a
almorzar que llegué “puntualmente “ como
a las 11 de la mañana y entre recuerdos, comida y tertulia nos dio casi las 20
horas, cuando con gran sorpresa para mí, el pequeño departamento en que
estábamos fue invadido por un montón de gente muy alegres, que resultaron ser
familiares de los dueños de casa, entre los que se entremezclaron: hijos,
nietos y bisnietos.
ESCOLARIDAD
Cuando cursé la enseñanza “preparatoria”, equivalente a la actual enseñanza básica, en el Liceo N° 1 Valentín Letelier, institución que dependía del Estado, me encontré en un ambiente escolar que se me tornó terriblemente desagradable, como en un primer momento mis padres con la esperanza de mantener su nivel de ingreso, me habían matriculado los primeros años de estadía en Santiago en la “Academia de Humanidades“, colegio de la Orden Dominicana, particular pagado, pero al tiempo después por razones económicas me trasladaron a este otro establecimiento, los alumnos me apodaban entonces, “hijo de cura” y como era sumamente tímido, fui objeto de continuos abusos por parte de los compañeros del curso.
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